Resulta que el otro día fui a comprar a un negocio que vende pastas frescas y que hace poco que lo abrieron. A mi nunca se me ocurre ni entrar en estos locales porque a la pasta siempre la hago yo. Bien casera. Pero me mandaron y no me avisaron. Je! Cuando entré y vi!!!!!!!! O_O así me quedaron los ojos!! jajajaja hongos secos de un montón de variedades, mariscos congelados, frutos rojos, especias de las que busqués, y la encontré ahí, en medio de un montón de bolsitas perfectamente selladas al vacío y acomodadas en unos primorosos cajones: la sal roja del Himalaya. Literalmente, enloquecí... no lo podía creer... en Villa María SAL DEL HIMALAYA!! por supuesto que me compré una bolsita con unos terroncitos de sal roja y rosada que son una hermosura. Y la probé, SAL. Tiene gusto salaaado como decía Carlitos Balá. El rojo se debe a que tiene trazas de hierro. Los que saben, dicen que el agua de los manantiales del Himalaya fue cristalizada hace 250 millones de años por presión y temperatura y que es la sal más pura que existe sobre la Tierra y que la cosechan a 3000 metros de altura sobre el nivel del mar y que tiene qué se yo cuántas cosas más. Lo cierto es que no tiene más que gusto a sal... pero es hermosa! rosada, coral, blanca... y re dura.
Las fotos salieron un poco oscuras. Prometo sacar mejores y mostrar.
Aparte de la sal, me compré varias bolsitas de hongos secos, entre ellos unos Shiitake que nunca había comido. Tienen como un dejo a ajo. Son ricos. Y son originarios de Asia del este.
Tenía unos 50 g de hongos secos y los remojé unas dos horas en agua tibia.
Vamos a la masa de la foca(ccia)
600 g de harina 000 o de fuerza
30 g de levadura de panadero
1 cucharadita de azúcar
320 cm3 de agua tibia
1 cucharada sopera de sal fina
50 cm3 de aceite de oliva extra virgen
y nada más
Así la preparé
Puse sobre la mesada limpia la totalidad de la harina e hice un volcán con un centro generoso. En las paredes exteriores derramé la sal (recuerden que si la sal toca a la levadura la mata). En el centro puse el aceite, el azúcar y la levadura bien desgranada. De a poco fui agregando el agua bien tibia y amasé rápidamente para que la levadura no se queme. Hice el bollo y lo puse en un bol de acero inoxidable bien tapado con film y me fui. A la hora y media cuando volví, la masa estaba en su punto justo para desgasificar y moldear. Asi es que la puse en una fuente rectangular para horno bien aceitada y la volví a tapar. Ahora prendí el horno y cuando éste estuvo bien caliente hice unos pozos con los dedos en la masa de la foca y le puse los hongos que ya estaban hidratados y tenía bien cortaditos. Le agregué unos hilos de aceite de oliva EV y unos granos de sal que había mortereado.
Puse la fuente en el horno hasta que la focaccia estuvo dorada y cuando casi estaba por sacarla, rocié el interior del horno con agua (el rociador de planchar sirve siempre que tenga agua nueva), dejé 5 minutos y saqué. Puse sobre una rejilla y volví a rociar con aceite de OVE y dejé enfriar.
Esta focaccia se puede comer fría, pero para mi es ideal calentarla en el horno o la parrila con un poquito más de aceite y acompañar unos dip o una picada. También se puede cortar en rebanadas más o menos finas y tostar.
Para antes de comer con un tinto o una cerveza... mñmñmñmñ
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