Espirales de morrón y cebolla y ++++

A estos espirales los hice para llevar de una amiga muy querida un día que fui a visitarla. A ella no le gusta mucho lo dulce, así que tuve que esmerarme y hacer algo para que pudiera disfrutar junto con su familia. Revolví en la heladera, revolví en la alacena y encontré levadura fresca y harina... ¡Ahhhh!!! ¡Qué alegría!! ¡A mi juego me llamaron! 

Mientras hacía la masa pensaba ¿y ahora, qué hago? No podía hacer una pizza porque a ella le salen riquísimas... No podía ponerle orégano porque a su niño no le gusta... ¿Qué habrá por ahí? teniendo en cuenta que era la hora de la siesta y todos los negocios que quedan cerca estaban cerrados, vuelta a revolver la heladera y la alacena... Encontré pimientos morrones y cebolla ¡¡¡CHAN!!! ¡Serán espirales de pimiento y cebolla! ¡Qué alegría! era más o menos como la "Eureka" de Arquímedes... 

Y mientras la masa se leudaba, puse a rehogar la cebolla con el pimiento hasta que quedaran muy bien doraditos y crocantes. Pero puede ser lo que cada uno tenga, queso rallado, muzzarella, jamón crudo o cocido, salame... se puede hacer como esta receta o incorporarlo a la masa y mezclarlo bien... 

Ideas sobran...

Pero no fueron solo los espirales, sino que hubo un pan trenzado con sésamo y pizza para la cena.

Y entonces... ¡Vamos a la receta!

Estos son los ingredientes:

1 kg de harina 000 o de fuerza (es la que se usa para trabajar con levadura) + un poco para el amasado *
50 g de levadura fresca o del panadero
600 cm3 de agua tibia (o lo que tome la harina)
50 cm3 de aceite de oliva o girasol
1 cucharada de azúcar para la masa y otra para el fermento
20 g de sal
aceite para untar la masa
1 pimiento morrón
1 cebolla
Para pintar: 1 yema, 1 cucharada de azúcar, 3 cucharadas de agua. Mezclar bien.
3 cucharadas de semillas de sésamo blanco y negro

Así se hace:

Se pone la harina en un bol o sobre la mesada, se hace un hueco en el centro y se agrega la sal en los bordes, el aceite y casi toda el agua en el centro. Yo siempre trabajo con fermento indirecto por las dudas que no funcione la levadura. 

Lo hago así: Tomo la levadura y la pongo en un recipiente pequeño junto a una cucharada de harina, una cucharada de azúcar y un poco del agua total.  La bato bien y hago una crema espesa. Tapo el recipiente y dejo leudar unos minutos hasta que haga el doble de espuma. luego lo agrego al centro del volcán y lo trabajo con cornet hasta que lo pueda amasar. Cuando la masa tomó toda el agua, la pongo sobre la mesada y amaso hasta que quede lisa. Hay que tener en cuenta que el gluten se forma a los 20 minutos de amasar y amasar.

En ese momento le agrego un poco de harina o de aceite, cualquiera de los dos puede ser, y tapo con film, o una bolsa de plástico y un repasador. Dejo la masa al calorcito de la cocina hasta que se haga una bola enorme y lisita, o que haya duplicado su volumen. En ese momento, la pongo sobre la mesada apenas enharinada y la desgasifico aplastando suavemente con las manos. 

Bueno, en este momento, repartí la masa en tres bollos. A uno lo estiré en forma de rectángulo y lo unté con aceite, le hice algunos dobleces como si fuera un hojaldre y resuló fantástico. Lo volví a estirar rectangular y de 1 cm de alto y le repartí el rehogado de pimiento y cebolla por toda la superficie con un chorrito de aceite en toda la masa. Arrollé y corté rebanadas de 1.5 cm más o menos. Puse las piezas separadas la distancia de dos dedos en placas aceitadas, tapé con plástico y dejé leudar nuevamente. Cómo hacía mucho calor ese día, estuvieron en 20 minutos. Hay que tener en cuenta que los rollitos tienen que leudar hasta el doble de su volumen, o sea, tocarse entre ellos. Antes del horno, los pinté con una mezcla de yema, azúcar y agua. A algunos les puse semillas de sésamo.

Los cociné en horno a 220 °C durante unos 12-15 minutos, recordando la máxima de mi profe Pablo que siempre decía que las piezas chicas se deben cocinar en horno fuerte para que salgan tiernas. 

Cuando los vi doraditos y apetitosos, los saqué del horno y los puse a enfriar en una rejilla. 

Cuando estuvieron fríos, los guardé en una caja y feliz, me fui a tomar mates de mi amiga Nati. Ella, a la noche, los entibió y le puso queso que se derritiera................. 

Te invito ¡Servite!

Cuento lo del pan rapidito:

A una de las partes que me sobró la mezclé con el sésamo y la corté en tres. Estiré cada bollo e hice una trenza. Puse a leudar, pinté con doradura y cociné en horno fuerte. Esa fue mi merienda cuando volví a mi casa.

A la otra parte, la estiré en una pizzera, la dejé leudar y la cociné. A la noche, le puse salsa, queso, cebolla morada rehogada y huevo duro con aceitunas y tomatitos cherry. Cervecita amiga y ñaaammmm!!

Se fue un poco largo, ¿no? Pero aseguro que es rendidor.

La próxima los haré más chiquitos, como para una picada ¿si?

Si te tomaste todo este tiempo para leer, ¡¡GRACIAS!!!!

¡Que Dios te bendiga muchísimo y hasta la próxima receta!

Besosssss :D