miércoles, 25 de marzo de 2015

Galletas con mucho chocolate y avena

Es más bueno que la avena, dice el dicho popular. Y, según pude leer en diferentes sitios web, es verdad. Porque todos los dichos populares tienen un poco de cierto ¿no?


Según Naturalternativa se digiere lentamente, es apta para diabéticos ya que los hidratos de carbono que contiene no inundan el sistema circulatorio tras su consumo. Sacia el hambre, es diurética y por lo tanto depurativa, ayuda a reducir los niveles de grasa (colesterol) en la sangre, mejora el tránsito intestinal ¿a quien no le dieron una sopa con avena cuando estaba con estreñimiento?, y acá viene lo que acabo de enterarme y me sorprendió ¡es afrodisíaca! mirala a la mosquita muerta.. dicen que por su contenido en zinc ayuda a mejorar la fertilidad masculina, además de ser un vigorizante natural... Uyyyy al que próximamente le ponga el ojo o al que me elija y yo acepte... ya lo van a ver gordito y lustroso de tanta avena jajaja 
¿no decían que era sana?

¿Y qué tal con chocolate? Porque no es cuestión de alimentar al susodicho con sopita de avena que no tiene gusto a nada, no.. hay que disimularla. Entonces vamos ensayando recetas que el tiempo pasa, y nos vamos poniendo viejos...

Con esta receta... ni se da cuenta! Y se la va tragando...


Aviso a la comunidad: SON ADICTIVAS
 Crujientes por fuera y bien blanditas por dentro...



Acá va la receta que, además de rica, es sencillísima. Vean:

Los ingredientes:
para unas 38 galletas

100 g de manteca a temperatura ambiente
50 g de azúcar
50 g de miel
1 huevo grande
1 cucharada de esencia de vainilla
1 taza de avena
170 g de harina leudante
30 g de cacao amargo
75 g de chips de chocolate (usé blancos)
opcional: trozos de chocolate para poner arriba

Así se hacen:

Se puede usar el batidor manual o batidora eléctrica. Yo no tenía ganas de usar mi energía propia por eso usé la eléctrica.

Como el público se renueva, vuelvo a decir que tooodos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente para que los resultados sean óptimos. 

Ponemos en un bol la manteca blanda con el azúcar y la miel. Batimos hasta que se nos forme una crema blanca, agregamos el huevo y la esencia y seguimos batiendo para que la crema se airee un poco más. Dejamos de lado la batidora y seguimos con una espátula o una cuchara y añadimos la avena, la harina que previamente hemos mezclado con el cacao amargo y los chips de chocolate. Si no tenés chips, podés usar chocolate para taza bien picado. Llevamos a la heladera unos 15 minutos bien tapada con film para que se enfríe y sea más fácil armar las galletas. Mientras, lavamos y ordenamos la cocina.
Encendemos el horno y sacamos las placas donde vamos a colocar las bolitas, las vamos a dejar bien limpias, sin manteca y sin aceite, si querés, las podés forrar con papel sulfito o manteca pero no es necesario. Tomamos porciones de masa con una cucharita y hacemos unas esferas de unos 2 cm de diámetro. Las vamos colocando en la asadera, separadas unos 4 cm unas de otras para que no se peguen durante la cocción, si tenemos, en este momento le plantamos un trocito de chocolate para que se vea. Si los comensales no apuran, metemos las placas unos 10-15 min. en la heladera para que la masa mantenga su forma en el horno. Si estamos con poco tiempo, las llevamos directamente al horno durante 15-20 minutos a 180 °C. Cuando podemos levantar una galleta con una espátula y vemos que hizo piso, las retiramos del horno. Las dejamos en la asadera hasta que se templen un poco y se pongan firmes (apenas salen del horno son muy blanditas) y está prohibido meterse una a la boca enseguida ¡porque queman mucho! Una vez templadas, las colocamos en una rejilla para que se enfríen o en un plato y las servimos tibias... 

No voy a hacer comentarios sobre todo lo que pensé mientras las probaba porque me van a censurar el blog. 


Ahora ya saben, la modosita avena todos los beneficios que nos da y sumada al chocolate, a don Grey se le va a iluminar la vida

Un beso y un abrazo y mil gracias a quienes pasan por acá, ojalá les sirva algo de tantas pavadas que escribo. 

Si quieren dejar un "comento", como decía mi tía, pueden hacerlo más abajo.
¡Me van a hacer muy feliz!


miércoles, 18 de marzo de 2015

Tiramisú argentino

El tiramisú es un postre clásico, si los hay. Y el más rico, si puede decirse. De entre todos, es el que más me gusta. Y en mi casa, el que más gusta. No importa lo grande que sea la fuente, siempre piden más. 
Ese crema mousse tan deliciosa y suave, el aroma del chocolate y el licor de café, la textura de las vainillas húmedas con café... babeo de solo recordarlo.. El amargor del cacao en la superficie... me estoy derritiendo por una porción.
Y si de porciones se trata, es ideal para hacerlo en copas. Las porciones pequeñas e individuales son lo último en tendencia de servicio para fiestas y reuniones. Así uno puede zamparse dos o tres sin que le caiga la culpa. 




A este postre se lo dedico a mis compañeros de Radio Continental Córdoba que ayer hicieron el lanzamiento oficial de la radio en Córdoba y que  inauguran la señal para Río Cuarto ¡el mayor de los éxitos chicos! Felicidades y a festejar :)


Es una entrada larga, pero tiene tooooodos los secretos ☺

Según la wikipedia, "el tiramisú es un postre moderno, no tradicional. Tiene su origen en la parte Este del Norte de Italia, en la región del Véneto (cuya capital es Venecia) y en los años cincuenta. Algunas fuentes concretan en los burdeles de la región su localización exacta de creación. Arturo Filippini, presidente de la cadena de restaurantes Toulá, ha admitido: “Había sido efectivamente después de la guerra cuando nos íbamos con amigos a los burdeles de Treviso..., en esos tiempos tenían también cocinero... La maîtresse, a los clientes aficionados (pero también a las mujeres) les ofrecía un dulce diciendo con cortesía estas palabras emblemáticas: Anda, toma cariño, que te doy una cosa que "te tira su"...”
La expresión "te tira su", en lengua véneta (y en la lengua italiana "ti tira su"), podría ser el equivalente en español del "tentempié", pero no tanto a la manera de un aperitivo, pues el tiramisú como dulce es mucho más fortalecedor y de inmediato efecto gracias a la cantidad de glúcidos que incorpora.
En principio, no lleva ni queso Mascarpone, ni nata u otras grasas similares, porque todos esos lípidos no hacen más que tener un peso en el estómago y ralentizar la digestión, con el resultado de obtener el efecto contrario, es decir, crear cansancio y somnolencia.
Entre los años setenta, ochenta y noventa, la receta utilizada en el restaurante Toulá de Milán utilizaba cinco ingredientes: huevos y azúcar batidos, bizcochos Savoiardi mojados en café expresso y cacao en polvo."


Y también dice que "se compone siempre de un ingrediente sólido humedecido en café, sobre el que se superpone (de forma alterna o no) una crema cuya base son huevos batidos con azúcar; se presenta espolvoreado con cacao en polvo.
Partiendo de estos elementos básicos, es posible realizar diferentes versiones del postre utilizando distintos representantes de los mismos y añadiendo otros ingredientes.
  • El ingrediente sólido y seco pueden ser galletasbizcochosSavoiardi, etc.
  • Los huevos pueden ser separados en yemas y claras, batiéndose independientemente (las claras a punto de nieve). Hoy en día es muy habitual añadirle a los huevos nata montada o queso fresco.
  • El queso que se suele utilizar en el tiramisú es el Mascarpone (por su dulzor y consistencia natosa); no obstante, cualquier queso fresco (sin sabor marcado) que, una vez batido, pueda convertirse en una crema es igualmente indicado.
  • Al café (en principio, café solo), se le puede añadir Amaretto O algún otro tipo de licor para aromatizarlo y reforzar el sabor.
  • Por último, es habitual espolvorear el postre con cacao en polvo para provocar sensación de contraste con el dulce y para reforzar el regusto a café.
Compuesto normalmente a base de capas alternas de bizcocho y crema, se deja asentar durante unas horas en el frigorífico antes de ser servido."
Como ven, dice que puede ser cualquier queso que, batido, pueda convertirse en una crema. Entonces, y de tanto probar, el queso que más me gusta es el de envase azul de la marca Mendicrim. La tacho porque los doños de esa marca nunca pero nunca me van a pagar regalías por hacerles publicidad, usté vió cómo es esto... y menos pa´la radio, vea... que ya me mandé algunos chivos jaja


Acá van los ingredientes
para una fuente en donde se puedan servir hasta 8 porciones generosas, y cuando digo generosas, SON generosas.

3 huevos 
150 g de azúcar + agua en cantidad necesaria
300 g de crema de leche, materia grasa min. 39 % (nada de dieta acá, eh)
1 pote de queso crema Mendicrim, el del pote azul 
7 g de gelatina sin sabor + 50 cm3 de agua fría
muchas vainillas
café bien fuerte + licor de café o coñac o whisky
cacao amargo (acá no vale el que se le pone a la chocolatada)

Así se hace:
Primero lo primero. Preparamos el café bien fuerte y lo dejamos enfriar. La cantidad que usemos es proporcional a la cantidad de vainillas que vamos a mojar. Pero más o menos una taza de desayuno es suficiente. Le agregamos un buen chorro de algún licor. Dejamos que se enfrie.
Segundo: Hidratamos la gelatina. Colocamos el agua fría en un recipiente pequeño y que sea apto para calentar después (microondas o al baño María) y espolvoreamos los 7 g de la gelatina sobre el agua. Dejamos que se hidrate y se haga una masa bastante firme o una goma.
Tercero: Batimos por separado la crema hasta que haga picos suaves y den esas ganas irrefrenables de meter el dedo para probar. Batir el queso crema. Mezclar todo en un solo bol. Usar una espátula y hacerlo con suavidad así no se nos pasa el punto de la crema. Reservar en la heladera.
Cuarto: Cascar los huevos de a uno en un recipiente auxiliar para tener la seguridad que son aptos para el consumo y colocarlos en el bol donde van a ser batidos con batidora eléctrica. Colocar el azúcar en un recipiente que pueda ir al fuego. Agregarle agua hasta que solo humedezca perfectamente todo el azúcar. Llevar al fuego y hervir hasta que llegue al punto bolita blanda o 120 °C. Mientras el azúcar se hace almíbar, comenzamos a batir los huevos hasta que se haga una crema. Cuando el almíbar llegó al punto deseado, lo volcamos en forma de hilo sobre el batido de huevos y lentamente mientras se sigue batiendo a alta velocidad. Batir hasta que la crema tome temperatura ambiente.
Quinto: Agregar el batido de huevos a la mezcla de queso y crema. Poner un chorro de licor de café para saborizar. Calentar la gelatina hasta que se vuelva líquida y agregar a la mezcla final (unos 15 segundos en microondas)
Sexto: Poner el café saborizado con el licor en un plato. Mojar las vainillas una por una y acomodarlas en la base de la fuente de presentación o rotas, en el fondo de una copa. Colocar una capa de la crema. Emparejar. Hacer otra capa de vainillas mojadas en café. Sumar una capa de crema y así hasta terminar lo que se acabe primero. Para mí fueron dos capas de vainillas y dos de crema. Tapar con film y llevar a la heladera por lo menos toda la noche.

Al momento de servir, retirar el film y espolvorear con el cacao amargo y/o con rulos de chocolate amargo.
Recibir los aplausos con humildad.


A los pasos 1, 2 y 3 se los puede hacer con bastante anticipación, por ejemplo a la mañana, si hacemos el postre a la tarde.

Espero que lo disfruten. Si tienen alguna duda o sugerencia, escríbanme. A su tiempo respondo todas las inquietudes.


Un beso enorme y que sean muy bendecidos
Mónica

sábado, 7 de marzo de 2015

Peras, roquefort y rúcula para homenajear a ellas

8 de marzo, día de la Mujer. Hoy voy a homenajear a todas las mujeres de mi vida. A mi mamá, a mi abuela y mi tía. A mi hermana que me hizo tía, a mis sobrinas que son mis soles. A mi cuñada, a mis hermanas de la vida que están lejos o con poco tiempo, a mis primas. A mis amigas y compañeras de estudio y de trabajo, a mis maestras, a mis profesoras, doctoras, religiosas, a las chicas que escriben sobre cocina en internet... todas las que ayudaron a crearme, a ser quien soy. A todas las mujeres que día a día se levantan y luchan en la vida y por la vida.

 ¡Feliz día!

Y quiero hacer un párrafo especial por las que están sufriendo la pérdida de todo por el agua, sus casas, sus recuerdos, sus pertenencias, sus estudios médicos... Por ellas una súplica especial. Fuerza y esperanza. 

A todas, que Dios las bendiga mucho

Ahora vamos con esta receta tan fácil de hacer que podemos utilizar como entrada. Tiene pocos ingredientes, pero que en la boca tienen un efecto especial.  Los sabores explotan e inundan el alma. Y lo mejor, ensuciamos casi nada. Acompañada con un vino rosado con burbujitas... el Cielo en la Tierra.
¡Que la disfruten!



Los ingredientes
Para 1 persona

Media pera madura
una cucharada de queso tipo roquefort o azul
hojas de rúcula tierna
sal
aceite AOVE
aceto balsámico
azúcar

Así se hace

Buscamos el mejor plato que tengamos ¡hoy estamos de fiesta! Colocamos unas hojitas de rúcula como colchón y condimentamos con la sal, el aceite de oliva y el aceto. Cortamos la pera por la mitad y le sacamos el centro y las partes que nos son comestibles, la hice sin piel pero si te gusta, dejala. Podemos dejar el cabito para que quede más linda. Calentamos una plancha hasta casi el rojo vivo (no es literal, eh!), espolvoreamos una cucharada de azúcar común sobre la plancha y dejamos que se haga una especie de caramelo, atentti que se quema muy rápido. Colocamos la pera (por la parte de las semillas que ya no tiene) sobre la plancha y la dejamos unos segundos para que tome color y se impregne del caramelo. La retiramos, la recostamos sobre el colchón de rúcula y le ponemos en el hueco una cucharada de queso que previamente habremos pisado con un tenedor para que nos quede una crema. 
Llevamos a la mesa y disfrutamos.

La idea es disfrutar de las texturas y las diferentes temperaturas de los ingredientes. El vinito, por favor, BIEN HELADO.

Podemos utilizar este plato para sorprenderlo a él que seguro está mirando el partido o pendiente de su teléfono...

¡Feliz día, chicas! disfrutemos de la vida y siempre pero siempre respetémonos y hagamos que nos respeten.

Un beso enorme a cada una de las que pasan por este, mi pequeño espacio.

Mónica