Este año las cerezas estaban muy baratas en la verdulería y a mi me gustan mucho, así que compré una cantidad importante. Dulce no tenía ganas de hacer porque todavía tengo frascos del año pasado y se empezaban a poner feas de estar en la heladera, entonces las corté en trozos y las puse en el freezer. Como los muffins de cereza y chocolate estuvieron muy ricos ya que es una combinación muy buena, decidí hacer el clásico pan dulce navideño con cerezas y chocolate. Todavía no lo probé, pero dicen que estaba muy rico!!!
Usé los mismos ingredientes que para el tradicional, reemplazando las frutas por cerezas congeladas y chocolate semiamargo cortado en trocitos.
Los ingredientes que usé:
Para la esponja:
Leche 80 cm3
Levadura de panadero 40 g (o 1 sobre de levadura en polvo)
Azúcar dos cucharadas
Harina 1 cucharada
Para el amasijo:
Harina 500 g
Azúcar 80 g
Huevos grandes 3
Sal 5 g
Miel 10 g
Manteca (mantequilla) pomada 125 g
Frutas
150 g de chocolate semiamargo cortado en trocitos
150 g de cerezas naturales congeladas cortadas en tozos y descarozadas
Así se hace
Esponja:
En un bol pequeño o taza se coloca el azúcar, la cucharada de harina, la levadura y el agua a temperatura tibia. Tibia quiere decir que no nos queme la mano, porque de lo contrario quema a las levaduras. Revolvemos bien para hacer como una crema y dejamos descansar en un lugar tibio. Este proceso lleva unos 5 minutos y sirve para "despertar" a las levaduras.
Amasijo
Mientras, preparamos el resto de los ingredientes. Ponemos en la mesada la harina y hacemos un volcán. Podemos hacerlo en un bol grande (a mi me gusta amasar con mis manos, por eso no uso batidora o procesadora).
Bueno, estábamos en el volcán... en el centro del volcán ponemos todos los ingredientes del amasijo MENOS la manteca y vamos mezclando con cuidado de que no se derrame por los bordes ni que se nos produzcan derrumbes. Una vez que los ingredientes del centro están bien mezclados, ponemos la levadura que ya para este momento debe ser pura espuma. Integramos la levadura con mucho cuidado, y a la vez, vamos mezclando este líquido con la harina. ¡Con mucho cuidado para que no haya derrames!!
Una vez que tengamos todo mezclado amasamos para hacer el bollo y lo dejamos descansar unos 5 minutos.
Cuando pasaron esos 5 minutos, tomamos la manteca que tiene que estar muy blanda, si no está muy blanda, la ablandamos aplastándola con las manos sobre la mesada. Es una chanchada, lo sé, pero es necesario.
Tomamos el bollo que estaba de vacaciones y lo vamos mezclando con la manteca (es la madre de todas las chanchadas y parece que nunca se va a unir) y vamos golpeando la masa con manteca y todo sobre la mesada. Esto es así: tomamos la masa toda embadurnada de manteca y la levantamos unos 20 cm de altura y de ahí la tiramos con fuerza sobre la mesada. Este paso lo hacemos con cornet o con la ayuda de una espátula, es más fácil. Levantamos y golpeamos tantas veces como sea necesario hasta que la masa queda divina, de una textura que ni te lo creés y no hace falta más harina porque ya no se pega en las manos ni en la mesada. La masa absorbió toda la grasa. ¡Me salió con versito y todo! Una vez que la masa quedó espectacular, la ponemos en un bol grandote aceitado apenas y la cubrimos con una bolsa de plástico o con un film para que no se seque y la tapamos con un repasador. La dejamos así, al calor como 1 hora. Paciencia en este paso que es fundamental. Depende de la temperatura de los ingredientes, de la habitación donde se trabaja y hasta de las manos del cocinero!! Nos damos cuenta cuando la masa está cuando le clavamos el dedo y no reacciona, es decir, no vuelve a su posición normal.
Ahi la tomamos con mucho amor y la ponemos sobre la mesa. La aplastamos para desgasificar y la estiramos hasta dejarla rectangular o cuadrada. Ponemos las cerezas (yo las puse congeladas) y el chocolate, enrollamos y cortamos en muchos trozos. Unimos estos trozos y volvemos a cortar y unir. Esto es para que la fruta se desparrame uniformemente en toda la masa. Dividimos la masa en dos y ponemos en los moldes de papel para medio kilo. Dejamos leudar hasta que doble el volumen (podemos hacerlo hasta tres cuartos) y llevamos al horno precalentado a 180-200°C y con una bandeja con agua en el piso para que haga vapor hasta que estén cocidos. Se cocina más o menos en 50 minutos en horno bien bajo, yo lo pongo al mínimo. Si tenés un termómetro de cocina ¡por favor, de cocina! que llegue hasta 200-250 °C o uno digital se puede medir la temperatura en el centro de alguno. Esta tiene que ser de 92 °C porque es a la temperatura que coagula la proteína de la harina que es el gluten.
Ahora se sacan del horno, se ponen sobre rejilla y se decoran con glasé real. Una clara de huevo y 250 g de azúcar glass o impalpable, je! según donde vivas. Se bate, se agregan unas gotas de limón y se pone sobre los panes calientes.
Se decoran con cerezas al marrasquino y yo le puse unas "hojitas" de higos confitados.
Espero que hayan cocinado mucho y muy rico para compartir con la familia y seres queridos.
un abrazo fuerte y besos!!
Felicidades!!
Ahora vamos por Año Nuevo!! ;)
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